Que todos los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen debilidad de los músculos respiratorios, es un hecho que nadie discute, que produce disnea, hipoxemia, limite de actividad física, depresión…
Partiendo de pacientes con musculatura respiratoria débil es muy difícil salir de la situación clínica que marca la disnea, inmovilidad y depresión. Hoy voy a hablar del entrenamiento de los músculos inspiratorios con válvulas de entrenamiento como el Power Breath, que es el complemento ideal a las sesiones Fisioterapia Respiratoria.
Este entrenamiento se basa en poner una resistencia a la inspiración, que es un entrenamiento que hasta hace poco nunca habíamos realizado. Hay muchas teorías pero hoy vamos a hablar de los entrenamientos a fuerza máxima. Es un tipo de entrenamiento que requiere poco tiempo ya que son treinta respiraciones por la mañana y treinta respiraciones por la tarde durante cuatro semanas, lo que hace ganar de media en sujetos sanos 27% la capacidad vital forzada.
Este entrenamiento tiene que estar guiado, pues en los enfermos de EPOC hay que reeducar la biomecánica respiratoria primero para poder potenciar los músculos respiratorios primarios (abdomino diafragmáticos) y no los músculos accesorios (músculos cervicales). Lo primero que se produce es un aumento de la fuerza inspiratoria máxima, este aumento según los resultados publicados por Pinheiro y Saldías en junio de 2011 aumenta la calidad de vida de los pacientes con EPOC y disminuye la sensación de disnea.
Otro estudio realizado por Shoemaker y col, un estudio publicado en “cardiopulmonary Physical Therapy Journal” llegan a la conclusión de que el entrenamiento de la musculatura inspiratoria trae consigo un aumento de la fuerza y resistencia de los músculos inspiratorios, lo que trae consigo mejoras significativas en la disnea, en el test de distancia andando en la calidad de vida de los enfermos con patología respiratoria crónica.