Que el consumo de tabaco es una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en los países desarrollados, es una cuestión que no vamos a discutir. Que los pulmones de los fumadores están envejecidos es otra de las cosas que a día de hoy todos tenemos claro. Por lo tanto podemos concluir que el abandono del tabaquismo es la intervención de mayor efectividad en los pacientes fumadores con patología respiratoria, según recogen las últimas normativas internacionales.
Para medir la situación clínica del paciente respiratorio, vamos a introducir un concepto, que es el de edad pulmonar espirómetria. Es una alternativa a los valores objetivos espirométricos, obtenidos en relación a sus valores teóricos, teniendo en cuenta edad, talla, altura, raza… Con esta medida lo que intentamos es motivar al paciente y tener valores de referencia para poder revaluar de forma fácil y simple cuales son los resultados de la terapia aplicada.
Hasta 2010 en el estudio de Díez Piña y cols., se pensaba que la perdida de funcionalidad pulmonar era irrecuperable como nos dijo Fletcher Y Peto, Willemse BW y cols…el resultado de estos estudios era muy claro y decepcionante, ya que nos decía que una vez que el tabaco originaba la perdida de función pulmonar ya no existía marcha atrás y era irrecuperable.
Pero Díez Piña y cols., nos dijo que tras el abandono del tabaco se produce un rejuvenecimiento del pulmón, las mujeres se benefician más del abandono del tabaco, llegando a disminuir 18 años de edad pulmonar en el primer año de abstinencia. Los individuos con valores espirométricos peores se benefician más del abandono del hábito. Estos resultados nos tienen que dar mucha esperanza para todos los pacientes fumadores, abriéndoles una puerta grande a la recuperación de la función pulmonar y por lo tanto a la disminución de todos los síntomas respiratorios.
La conclusión es muy clara también: si se puede rejuvenecer el pulmón de los fumadores, pero para ello es imprescindible dejar de fumar.