Antibióticos y pediatría.
El tratamiento más frecuente en nuestros niños son los antibióticos, pero ¿están indicados?, ¿hacemos bien dándoselos?. Estas son grandes dudas que nos surgen a la hora de elegir el mejor tratamiento para nuestros niños y ahora voy a intentar resolverlas según las palabras del pediatra Jesús Martínez.
Los antibióticos es el arma terapéutica más efectiva contra las infecciones, pero no contra todas la infecciones, sino solo contra las infecciones provocadas por bacterias. Las infecciones pueden estar provocadas por bacterias, virus y hongos.
Las enfermedades infecciosas provocadas por virus no tienen tratamiento conocido y además son enfermedades auto limitadas en el tiempo, se curan solas en unos días o terminan con la vida del paciente o se mantienen crónicas si conseguimos mantener al paciente con vida durante el ataque. Hay muchos virus desde los más simples e inofensivos hasta el virus del Sida, Ebola…
Contra las bacterias el tratamiento más efectivo son los antibióticos, desde el descubrimiento de la penicilina en 1928 por el Doctor Fleming, se han desarrollado más principios activos, pero su número es limitado y el uso inapropiado de los mismos hace que desarrollemos agentes patógenos más fuertes y resistentes a esos antibióticos, por eso es de vital importancia que cuando vayamos a usar antibioterapia estemos completamente seguros de su correcta indicación.
Los estudios epidemiológicos demuestran que el 95% de los pacientes menores de tres años son contagiados por virus y no bacterias. Lo único que cabe preguntarse ahora es porque hasta en un 75% de los casos esos niños son tratados con antibióticos, si el único tratamiento efectivo antiviral es la vacunación infantil.
El resultado de esta reflexión es que el tratamiento aplicado con antibioterapia en pacientes menores de tres años es una mala praxis en un porcentaje muy alto de los casos y que es una de las cosas que tienen que cambiar en nuestra sanidad.
Desde el Centro de Fisioterapia Respiratoria Doctor Fleming queremos recalcar que la antibioterapia no es la terapia de elección en estos pacientes y que muy lejos de hacer un buen tratamiento nos acercamos a una mala praxis nada beneficiosa para los pacientes.